Ballet du Capitole de Tolouse

Hace 20 años que falleció el ruso George Balanchine, el coreógrafo más importante del siglo XX. Graduado en la Escuela de los Teatros Imperiales de San Petersburgo da el salto a Norteamérica en 1934, donde crea la School of American Ballet y funda el New York City Ballet. Balanchine entendía el ballet como un arte elegante y minoritario cuya única posibilidad de supervivencia era que se respetara tanto a sí mismo como para controlar los márgenes de experimentación y contaminación con otras expresiones artísticas. Esto no quiere decir que sus coreografías no puedan incluir movimientos ajenos a la tradición. De hecho, sorprende la modernidad y el atrevimiento de algunas de sus coreografías, fechadas hace más de 70 años. El Ballet du Capitole de Tolouse rinde tributo al genio con dos de sus piezas más brillantes. Le Fils prodigue, con música de Prokofiev, de 1929, y Who cares?, ejercicio del coreógrafo por rememorar su juventud y experiencia en Broadway, con música de Gershwin, de 1970. Dos obras que permiten establecer la evolución del gran coreógrafo y comprobar la permanencia de sus bases estilísticas. Todo ello bajo la dirección de Nanette Glushak, una neoyorquina que entró en la George Balanchine School at American Ballet cuando contaba 9 años, para más tarde unirse al New York City Ballet a petición del propio Balanchine. Desde 1994 está al frente del Ballet du Capitole de Tolouse.