Han pasado 27 años y 17 álbumes desde que Joaquín Sabina ingresara en el mundo de la música con “Inventario”, su primer trabajo. En todo este tiempo, el madrileño de Úbeda ha dispensado muchas alegrías a su público. Compositor acertado y prolífico, raro ha sido el disco que no contuviera una o dos canciones que pudieran tararearse hasta la extenuación en bares y jaranas. Últimamente se encontraba tan centrado en su actividad literaria y poética, que llevaba tres años sin grabar material inédito. Ahora, para celebrar la edición de “Alivio de luto”, su regalo del 2005, el más libertino de nuestros cantantes sale de gira para demostrar que sigue siendo un intérprete genial. Nicotínicoy socarrón, pero también romántico hasta la médula, Sabina vuelca sobre el escenario toda su lírica callejera y fanfarrona. Aunque todavía es pronto para presagiar cuáles de sus nuevas composiciones se integrarán definitivamente en nuestras vidas, Sabina sigue dando pruebas de que el pop y la canción de autor no están reñidos con la poesía.