La del Manojo de Rosas se estrenó en 1934 con carácter provisional, en el Teatro Fuencarral, una sala destinada cerrarse al término de la representación. Era, por tanto, una pieza condenada al olvido. Sin embargo, su calado fue tan hondo en el público, que inició una exitosa peregrinación por los diferentes teatros de la capital, hasta ofrecer más de 15.000 representaciones en sus primeros cincuenta años de historia. Hoy dÃa se la considerada una de las zarzuelas clásicas del repertorio español. Varios fueron los riesgos artÃsticos que asumió el maestro Pablo Sorozábal a la hora de escribirla. Por un lado, producir una obra que transcurriera en el mismo momento histórico que se estrenaba. Por otro, Sorozábal quiso dar forma a un sainete madrileño, es decir, una pieza donde el sentido del humor conviviera con el rigor de su composición musical. Completan el número de particularidades, algunas innovaciones en la construcción de los cuadros, asà como la inclusión de un parlamento en lengua calé. Su historia jocosa y conmovedora parodia los perfiles más castizos de la época. Cuenta la historia de Clarita, una vendedora de rosas pretendida por dos galanes que pertenecen a diferentes clases sociales. Lo paródico y lo sentimental se dan, pues, la mano. Quien fuera director del Teatro de La Zarzuela durante dos etapas en los años noventa y actual director artÃstico del Teatro Real, Emilio Sagi, se ocupa de esta nueva puesta en escena.