My name is Luka, I live on the second floor, I live upstairs from you… Aquella canción de su segundo álbum (Solitude Standing, 1987), ganadora de un Grammy, sonó en todas las emisoras del mundo y puso a Suzanne Vega (1959) en la órbita de los grandes poetas-cantantes del siglo XX. Luka hablaba, por boca de un niño maltratado, de un barrio, de un lugar, que Suzanne conocía bien porque, aunque nacida en California, fue allí donde vivió su infancia: el Harlem hispano de los años sesenta. Veinticinco años y siete álbumes después, Vega sigue componiendo y cantando canciones sobre la vida cotidiana, el amor, el desamor, la muerte, el latido de las ciudades… Con su voz inconfundible, tersa, algodonosa, Suzanne convierte cada concierto en una ceremonia de música e intimidad. Gypsy ( tal vez la canción sin estribillo más bonita de los ochenta), Frank & Ava, The man who played God, Tombstone, Book of dreams, Marlene on the wall… canciones maravillosas para una tarde de otoño en Baluarte, que, junto a Tenerife y Ávila, serán las tres únicas citas en España de la cantante americana.